lunes, 21 de febrero de 2011

No esperada

El sábado por la noche fue una noche como otras muchas. Salimos a cenar, nos fuimos a tomar unas copas, bailamos un rato, nos reímos otro tanto, terminamos a las tantas, vimos como despuntaba el día antes de irnos a dormir, ... Poco más que reseñar.

El domingo teníamos comida familiar. Ineludible. Nos tuvimos que levantar temprano (a las 11), cogimos el coche y a hacerse 50 kilómetros. Comida lo más rápida posible y de vuelta a casita. A hacer sofing. Ella a mis espaldas. Y como no tenía que compartir el televisor (tardó poco en quedarse dormida, o eso creía yo) me puse una película de esas que es más fácil ver solo. Una de esas donde muere la familia del bueno y este busca venganza matando lo que parece ser un país entero.

Lo más interesante vino cerca del final de la película. Noto como ella mete la mano por entre el pantalón y, rápidamente, me agarra la polla. Empezó a acariciarmela un rato esperando notar como crecía para, entonces, pasar a masajearme los huevos. Estiró de mi brazo para ponerme boca arriba, me bajó los pantalones y empezó a pajearme.


Después de unos minutos se levantó, se desnudó (mientras yo aproveché para quitarme el pantalón) y casi sin dejar que me moviese se sentó sobre mi dándome la espalda. Sujetó mis tobillos y poco a poco se la metió. Noté como ardía y como ya estaba muy mojada. Se quedó allí parada. Con toda mi polla en su interior. Unos segundos nada más. Y sin más comenzó a botar furiosa.

Le agarré el culo. Le di un par de azotes. Me mojé el índice y se lo puse en la entrada de su ano. No me hizo falta empujar mucho. Después de unos minutos se levantó. Se apoyó en el respaldo del sofá ofreciéndose a mi. Levantando mucho el culo y mostrándome esos labios que tan loco me ponen.


No tardé mucho en agacharme y pasar mi lengua por ellos. Le di un pequeño mordisco y tiré de uno de ellos. Eso le encanta. Hundí más mi cabeza para alcanzar su clítoris. Y pase por allí me lengua. Gemía fuerte. Mostrándome lo mucho que la hacía disfrutar lamiéndole el coño.

Me levanté y me dirigí hacia la habitación. No sin antes comprobar como dirigía su mano hacia su coño y empezaba a masturbarse. Cogí el bote de vaselina y me puse una buena cantidad en el rabo. Le puse otro poco en el ano y dirigí el glande hacia su entrada. Ella empujó para facilitar la entrada. Tras un par de minutos tenía toda la polla dentro. Comencé a empujar más y más rápido. Ella seguía masturbándose. Y cuando noté que su respiración se agitaba más y más. Cuando noté como empezaba a correrse no pude aguantar más y me corrí dentro de su culo.

Vamos, lo que yo llamo una buena tarde de domingo.

12 comentarios:

Este blog respeta a todo el mundo. Te rogamos que también lo seas con tus comentarios hacia el blog y hacia otros usuarios. Disfrútalo, para eso escribimos.